(Boletín
Tokata) El Ministerio del Interior ha creado una base de datos en la
que pretende incluir, sin ningún tipo de control judicial ni supervisión
ajena, a todas las personas que considere sospechosas de algún delito o
relacionadas con alguna investigación. No hará falta que tengan
antecedentes penales o que estén imputadas judicialmente, porque las
instrucciones de funcionamiento de ese fichero – firmadas el pasado 25
de noviembre por el ministro Jorge Fernández Díaz- dejan al criterio de
los funcionarios decidir qué personas se pueden incluir en ese archivo
automatizado por considerarlas relacionadas con algo ilegal, aunque sea
una simple «infracción».
Interior
se ha visto forzado a hacer público el nacimiento de este fichero
porque la Ley Orgánica 15/1999 de Protección de Datos de Carácter
Personal obliga a todas las administraciones a anunciar la creación de
cualquier archivo a través del BOE.
Interior lo publicó en el boletín el pasado 5 de diciembre, pero la
polémica base de datos pasó totalmente desapercibida, difuminada entre
otros 21 archivos de nueva creación, la mayoría meramente
administrativos y sin aparentes aristas que fueron publicados en la
misma orden.
La base en sí se denomina Ucpi («punto único de comunicación para el intercambio de mensajes»). Según el documento que crea Ucpi, el «colectivo de personas sobre los que se pretende obtener datos de carácter personal» son todas aquellas «implicadas en actividades delictivas e infracciones sobre las que se solicita información o son objeto de investigación policial a nivel nacional e internacional». En ningún momento se especifica quién decide si un sujeto está «implicado» en una actividad delictiva o en una «infracción». O qué es estar «implicado» en un hecho ilegal o ser «objeto de investigación», conceptos que no son ni jurídicos ni administrativos.
Responsables policiales han admitido que ante esta indeterminación y lo ambiguo de estos términos queda al arbitrio de los propios funcionarios decidir a quién se introduce en esa base de datos y el por qué. El texto legal que crea Ucpi tampoco especifica cuánto tiempo los datos personales de ese sospechoso estarán en esa base ni qué circunstancias deben darse para que las informaciones sobre esa persona sean borradas. Solo se apunta que el órgano al que se pueden dirigir los ciudadanos para ejercer sus derechos es la División de Cooperación Internacional, algo que parece improbable porque los ciudadanos no tienen forma de saber si su nombre y datos están o no en ese archivo.
Según la orden de creación de la base, Ucpi tiene como «uso previsto» el «apoyo a la investigación policial nacional e internacional». Ese fichero de Interior, sobre el papel, servirá para el intercambio de datos entre Policía, Guardia Civil y policías autonómicas. Pero el departamento que dirige Jorge Fernández también abre la posibilidad a «intercambiar mensajes» sobre sospechosos con los que nutrir esa base con «entidades externas» nacionales como el Ministerio de Justicia, Aduanas o el Banco de España, pero también extranjeras como Interpol, Europol o Sirene (el sistema de información de Schengen).
La orden firmada por el ministro faculta a los funcionarios a «recoger» datos para esa base «automatizada» a través de «comunicaciones» de otros cuerpos de cualquier tipo, como correo electrónico o fax.
Infinidad de información
La base en sí se denomina Ucpi («punto único de comunicación para el intercambio de mensajes»). Según el documento que crea Ucpi, el «colectivo de personas sobre los que se pretende obtener datos de carácter personal» son todas aquellas «implicadas en actividades delictivas e infracciones sobre las que se solicita información o son objeto de investigación policial a nivel nacional e internacional». En ningún momento se especifica quién decide si un sujeto está «implicado» en una actividad delictiva o en una «infracción». O qué es estar «implicado» en un hecho ilegal o ser «objeto de investigación», conceptos que no son ni jurídicos ni administrativos.
Responsables policiales han admitido que ante esta indeterminación y lo ambiguo de estos términos queda al arbitrio de los propios funcionarios decidir a quién se introduce en esa base de datos y el por qué. El texto legal que crea Ucpi tampoco especifica cuánto tiempo los datos personales de ese sospechoso estarán en esa base ni qué circunstancias deben darse para que las informaciones sobre esa persona sean borradas. Solo se apunta que el órgano al que se pueden dirigir los ciudadanos para ejercer sus derechos es la División de Cooperación Internacional, algo que parece improbable porque los ciudadanos no tienen forma de saber si su nombre y datos están o no en ese archivo.
Según la orden de creación de la base, Ucpi tiene como «uso previsto» el «apoyo a la investigación policial nacional e internacional». Ese fichero de Interior, sobre el papel, servirá para el intercambio de datos entre Policía, Guardia Civil y policías autonómicas. Pero el departamento que dirige Jorge Fernández también abre la posibilidad a «intercambiar mensajes» sobre sospechosos con los que nutrir esa base con «entidades externas» nacionales como el Ministerio de Justicia, Aduanas o el Banco de España, pero también extranjeras como Interpol, Europol o Sirene (el sistema de información de Schengen).
La orden firmada por el ministro faculta a los funcionarios a «recoger» datos para esa base «automatizada» a través de «comunicaciones» de otros cuerpos de cualquier tipo, como correo electrónico o fax.
Infinidad de información
Interior da luz verde a que en ese fichero que tendrá un nivel de protección "alto" los
agentes puedan introducir, básicamente, todos los datos personales que
tengan en su poder o que le hayan llegado de otras administraciones o
policías. La información que puede ser incluida y, por tanto procesada
automáticamente por Ucpi, es extensísima. La aplicación admite la
inclusión de datos estructurados como cualquier otro archivo clásico
(nombre, apellidos, DNI, fecha de
nacimiento o sexo), pero su punto fuerte es la posibilidad de añadir
«información no estructurada» de todo tipo: «datos biométricos»,
fotografía, dactilogramas, vehículos, cuentas bancarias, armas, joyas,
coches…. «o cualquier otro dato que pudieran ser identificativo de la
persona». La orden invita a los funcionarios a incorporar al fichero
incluso imágenes, documentos digitales, vídeo o audio de esas «personas
implicadas en actividades delictivas o infracciones».
Fuente: Boletín Tokata/APL
Fuente: Boletín Tokata/APL
No hay comentarios:
Publicar un comentario