19 NOVIEMBRE 2014
Los colombianos abogan por la continuidad de los diálogos
tras la suspensión unilateral decidida por el presidente Santos. (Foto:
Reuters)
Desde noviembre de 2012 Colombia vive un momento
histórico. El gobierno colombiano y las FARC-EP iniciaron negociaciones para acabar
con el conflicto armado.
El Gobierno de Colombia y las FARC-EP han alcanzado
importantes avances en las negociaciones durante los últimos dos años con
acuerdos sustanciales en tres puntos de la agenda: desarrollo agrario,
participación política y lucha contra el narcotráfico.
Inicio
Santos anunció en octubre de 2012 que los diálogos
comenzarían en Oslo, Noruega, para discutir cinco puntos: el problema de la
tierra, el abandono de las armas, la entrada de los rebeldes desmovilizados en
la vida política, la solución de la problemática del narcotráfico y la
reparación a las víctimas del conflicto.
Aunque se formalizaron en Oslo, las conversaciones se
mudaron a La Habana, Cuba, un mes después, con el objetivo de tratar detalles
logísticos y pocos días después, la
segunda guerrilla de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció
su disposición de unirse al diálogo.
Acuerdos
Las partes ya firmaron acuerdos parciales en tres puntos
referentes al desarrollo agrario integral (mayo de 2013), la participación en
política del grupo insurgente (noviembre de 2013) y la lucha contra el
narcotráfico (mayo de 2014).
Dos
años de diálogo, muchos logros
Garantías de seguridad y el avance hacia la paz son
algunos de los puntos que destacan entre las más de 60 páginas de acuerdos
entre el Gobierno colombiano y las (FARC-EP) y que están subdivididos en cuatro
pilares: lógica territorial de inclusión social, reinserción en función de las
políticas anticonsumo, lucha contra el crimen organizado, fin a cualquier
relación de rebelión.
Hay logros que se destacan en los dos años que lleva el
proceso de paz en La Habana y es la demanda y respaldo general del pueblo
colombiano de que se llegue a un acuerdo y que termine el conflicto. Grandes
avances como la inclusión de los familiares de las víctimas, quienes cara a
cara con las FARC expusieron sus requerimientos, o el hecho de que los propios
miembros de las FARC lograran salir de Colombia con todas las garantías.
Recientemente, el 17 de septiembre, el Senado de Colombia
dio un esperado debate sobre el fenómeno de paramilitarismo, que había generado
mucha expectativa en el país debido a que el senador Iván Cepeda demostraría
con pruebas los vínculos del expresidente Álvaro Uribe con los llamados
'paracos' pero éste se retiró "momentáneamente" del recinto y afirmó
que iría a la Corte Suprema de Justicia para entregar pruebas de acciones "difamatorias".
Suspensión
de diálogos tras desaparición de General colombiano
Santos anunció hace dos días la suspensión hasta tanto no
se aclare el caso del general colombiano Rubén Darío Alzate, quien fue retenido
en una zona selvática del departamento del Chocó (oeste) por las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
No obstante, la Delegación de Paz de las FARC-EP
manifestó su sorpresa por la suspensión puesto que “con constancia Santos
reitera que lo que ocurra en el territorio colombiano no tiene por qué afectar
la Mesa”.
Asimismo, agregaron que seguirán en La Habana trabajando
por la paz y dispuestos a continuar las conversaciones, atendiendo a lo
convenido en el Acuerdo General de La Habana, donde se establece que las
“conversaciones serán directas e ininterrumpidas”. Y esperan que este impase
sea resuelto lo más pronto posible para que el proceso siga avanzando sin sobresaltos
hacia el acuerdo final.
Los colombianos reaccionaron de inmediato para respaldar
la continuidad del proceso de paz y posicionaron en la red social Twitter la
etiqueta #TreguaYA y terminar la confrontación interna de más de 50 años, con
saldo de seis millones de víctimas, entre ellas casi 230 mil muertos.
La sociedad colombiana
marchará este miércoles en Bogotá para pedir la continuidad de los diálogos que
se desarrollan en Cuba.
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