27 de noviembre de 2014
Normalistas irrumpen en Casa Guerrero.
Foto: Germán Canseco
CHILPANCINGO,
Gro. (apro).- Miembros del magisterio disidente y normalistas
irrumpieron en la residencia oficial Casa Guerrero y realizaron pintas
al interior del fastuoso inmueble donde despachan los gobernadores en
turno.
Desde temprano, los
manifestantes marcharon por las principales calles de la ciudad para
exigir justicia y la presentación con vida de los 43 normalistas de
Ayotzinapa, luego de que se cumplieron dos meses de la masacre y
desaparición de los estudiantes.
Al
respecto, el gobernador interino Rogelio Ortega Martínez ordenó abrir
las puertas de la residencia y envió a su esposa Rosa Ojeda a recibir a
los manifestantes portando una bandera blanca para convocarlos a la
instalación de una mesa de diálogo.
En
respuesta, los manifestantes encabezados por padres de los 43
normalistas desaparecidos rechazaron el ofrecimiento de la esposa del
gobernador con el argumento de que antes de hablar sobre un proceso de
reparación de daño, las autoridades tienen la obligación de encontrar a
los estudiantes desaparecidos y castigar a los responsables de este
crimen.
Los
padres de las víctimas reprocharon la ausencia de Ortega Martínez,
quien se ha caracterizado por hacer llamados a la paz a través de los
medios de comunicación y proponer puentes de comunicación para
restablecer el orden en la entidad.
Enseguida,
los cetegistas y normalistas ingresaron a las salas de reuniones,
oficinas, alcobas, cocina, comedores y salones de esparcimiento de la
residencia oficial Casa Guerrero, donde hicieron pintas en varias partes
del inmueble.
Luego
realizaron un mitin en el estacionamiento del acceso de la puerta tres
del inmueble, donde lanzaron consignas en contra de las autoridades por
la criminal indolencia que han asumido frente al caso Ayotzinapa.
Poco
después se retiraron en marcha hacia el Zócalo de esta capital, donde
el magisterio disidente mantiene un plantón y tomada la sede del
ayuntamiento desde hace más de un mes.
Posteriormente,
un grupo de profesores se trasladó a las oficinas alternas del programa
de Escuelas de Tiempo Completo, que administra la Secretaría de
Educación en Guerrero (SEG), y quemó el edificio ubicado en la calle
privada de Jacarandas del fraccionamiento Bugambilias.
El
siniestro fue sofocado por bomberos de la ciudad y el incidente no pasó
a mayores, debido a que el inmueble fue desalojado previamente y la
labor de las autoridades impidió que el fuego saliera de control.
Por
su parte, el gobierno estatal emitió un comunicado donde anunció que el
gobernador Rogelio Ortega ordenó que la residencia oficial Casa
Guerrero sea abierta al público en general y como espacio de cultura.
27 de noviembre de 2014
Normalistas irrumpen en Casa Guerrero. Foto: Germán Canseco |
CHILPANCINGO,
Gro. (apro).- Miembros del magisterio disidente y normalistas
irrumpieron en la residencia oficial Casa Guerrero y realizaron pintas
al interior del fastuoso inmueble donde despachan los gobernadores en
turno.
Desde temprano, los manifestantes marcharon por las principales calles de la ciudad para exigir justicia y la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, luego de que se cumplieron dos meses de la masacre y desaparición de los estudiantes.
Al respecto, el gobernador interino Rogelio Ortega Martínez ordenó abrir las puertas de la residencia y envió a su esposa Rosa Ojeda a recibir a los manifestantes portando una bandera blanca para convocarlos a la instalación de una mesa de diálogo.
En respuesta, los manifestantes encabezados por padres de los 43 normalistas desaparecidos rechazaron el ofrecimiento de la esposa del gobernador con el argumento de que antes de hablar sobre un proceso de reparación de daño, las autoridades tienen la obligación de encontrar a los estudiantes desaparecidos y castigar a los responsables de este crimen.
Los padres de las víctimas reprocharon la ausencia de Ortega Martínez, quien se ha caracterizado por hacer llamados a la paz a través de los medios de comunicación y proponer puentes de comunicación para restablecer el orden en la entidad.
Enseguida, los cetegistas y normalistas ingresaron a las salas de reuniones, oficinas, alcobas, cocina, comedores y salones de esparcimiento de la residencia oficial Casa Guerrero, donde hicieron pintas en varias partes del inmueble.
Luego realizaron un mitin en el estacionamiento del acceso de la puerta tres del inmueble, donde lanzaron consignas en contra de las autoridades por la criminal indolencia que han asumido frente al caso Ayotzinapa.
Poco después se retiraron en marcha hacia el Zócalo de esta capital, donde el magisterio disidente mantiene un plantón y tomada la sede del ayuntamiento desde hace más de un mes.
Posteriormente, un grupo de profesores se trasladó a las oficinas alternas del programa de Escuelas de Tiempo Completo, que administra la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG), y quemó el edificio ubicado en la calle privada de Jacarandas del fraccionamiento Bugambilias.
El siniestro fue sofocado por bomberos de la ciudad y el incidente no pasó a mayores, debido a que el inmueble fue desalojado previamente y la labor de las autoridades impidió que el fuego saliera de control.
Por su parte, el gobierno estatal emitió un comunicado donde anunció que el gobernador Rogelio Ortega ordenó que la residencia oficial Casa Guerrero sea abierta al público en general y como espacio de cultura.
Desde temprano, los manifestantes marcharon por las principales calles de la ciudad para exigir justicia y la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, luego de que se cumplieron dos meses de la masacre y desaparición de los estudiantes.
Al respecto, el gobernador interino Rogelio Ortega Martínez ordenó abrir las puertas de la residencia y envió a su esposa Rosa Ojeda a recibir a los manifestantes portando una bandera blanca para convocarlos a la instalación de una mesa de diálogo.
En respuesta, los manifestantes encabezados por padres de los 43 normalistas desaparecidos rechazaron el ofrecimiento de la esposa del gobernador con el argumento de que antes de hablar sobre un proceso de reparación de daño, las autoridades tienen la obligación de encontrar a los estudiantes desaparecidos y castigar a los responsables de este crimen.
Los padres de las víctimas reprocharon la ausencia de Ortega Martínez, quien se ha caracterizado por hacer llamados a la paz a través de los medios de comunicación y proponer puentes de comunicación para restablecer el orden en la entidad.
Enseguida, los cetegistas y normalistas ingresaron a las salas de reuniones, oficinas, alcobas, cocina, comedores y salones de esparcimiento de la residencia oficial Casa Guerrero, donde hicieron pintas en varias partes del inmueble.
Luego realizaron un mitin en el estacionamiento del acceso de la puerta tres del inmueble, donde lanzaron consignas en contra de las autoridades por la criminal indolencia que han asumido frente al caso Ayotzinapa.
Poco después se retiraron en marcha hacia el Zócalo de esta capital, donde el magisterio disidente mantiene un plantón y tomada la sede del ayuntamiento desde hace más de un mes.
Posteriormente, un grupo de profesores se trasladó a las oficinas alternas del programa de Escuelas de Tiempo Completo, que administra la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG), y quemó el edificio ubicado en la calle privada de Jacarandas del fraccionamiento Bugambilias.
El siniestro fue sofocado por bomberos de la ciudad y el incidente no pasó a mayores, debido a que el inmueble fue desalojado previamente y la labor de las autoridades impidió que el fuego saliera de control.
Por su parte, el gobierno estatal emitió un comunicado donde anunció que el gobernador Rogelio Ortega ordenó que la residencia oficial Casa Guerrero sea abierta al público en general y como espacio de cultura.
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